Mis apuntes son perfectos.
Sin embargo, cualquier cosa que
no tenga que ver con los estudios pasa a un plano tan lejano que no soy
capaz de mantener un mínimo de orden en mi vida
doméstica. Supongo que me sucede como a esos doctores
chiflados, geniales en su campo, pero absolutamente inútiles
para la vida corriente. Salvando lo de genial, me siento
así, no lo sé...
No sé tampoco si me
apetecería que otra persona –un hombre- se ocupara
de atender a todas mis necesidades, me adorara, me pusiera en un
pedestal, babeara a mi paso, estuviera orgullosos de servirme...
Creo que no.
Preferiría un
compañero, si es que eso existe.
Y sin embargo, voy camino de
que esa sea la única opción: El
catedrático aquel...
Quizá cuando me vaya
a Alemania las cosas cambiarán; quizá
algún compañero de estudios.
¿Soy suficientemente
atractiva? Estoy bien formada, quizá demasiado alta, pero
debiera cuidarme más, mostrarme más interesante.
Aunque en los ambientes en que me muevo ¿Para
qué?¿Para confundir a ese viejo verde? No me
divierte. No me divierto.
¿Pero qué
estaba haciendo? (Aparte de morder ahora, más bien lamer,
este dichoso tubo...)
¡Ah, ya! La editorial.
Me deshice con tanta prisa de
aquel DVD que, por alguna extraña razón ahora
quisiera saber más de lo que contenía; no
sé por qué, ahora lo relaciono con este chisme:
¡Fuera!
¡Ahí, detrás de la almohada!
Me va a crear mono...
Nada; ni un solo papel. Ni un
resguardo de correos: pensé certificarlo, pero no
veía motivo para el gasto; bastante molestia
inútil me he tomado.
Debí haberlo tirado;
haberme olvidado de él, usarlo para espantar a las palomas
de la ventana, colgado de un hilo...
¡Qué se yo!
Entonces, ¿por
qué tengo ahora necesidad de saber qué
ponía en aquel escrito?
¿Qué es
lo que busco exactamente?
Revuelve y revuelve, y nada;
lógicamente.
¡Para! Reflexiona.
Así, sentada en el suelo. Está frío:
mejor sobre la cama. ¡Reflexiona! (Pierde el tiempo, en lugar
de preparar tu oposición; ponte los pantalones, para no
notar tanto frío...) Así, mejor sobre la cama,
tibia, blanda.
El tubo. Otra vez. Creo que es
el culpable de este desasosiego. Esta cosa inerte y fría,
que me sugiere, me sugiere...
¡Que busque en las
páginas amarillas!
Pero yo no tengo el listado de
Madrid, sino el de Salamanca.
¿Llamar a
información?¿Y preguntar qué?
¡Vamos maldito
chisme!¡Si eres la causa, habla!¡O te tiro por la
ventana!
Así,
frotándolo suave! Mirando al techo, para concentrarme en el
blanco, en la bombilla...
(Me estoy volviendo loca: De
tanto estudiar química orgánica; no me
extraña, es una locura, la química.
Más que la Alquimia,...)
Alquimia,...
¿Leí Alquimia? ¿Dónde?
En el índice: Casi
lo único que miré, el índice,...
¿Por qué
iba a mirar más, una vez comprobado que se trataba de una
equivocación? Cuando vi la dirección; mi
dirección: Es la misma dirección, solo que en
Madrid. Esto va tomando forma. Basta presionar el aparato este...
Mi dirección, en
Madrid, y ¿qué más?
Bueno, una editorial y una
dirección pueden ser datos suficientes para Google.
Mañana –
si me acuerdo- lo miro en la biblioteca de la facultad. Me
gustaría tener un portátil en casa, me
gustaría tener una conexión a internet,... me
gustaría tener dinero, en lugar de una beca de
subsistencia...
Bueno, eso no tiene remedio. A
dormir (a soñar).
Noto, nada más
entrecerrar los ojos, bajo las sábanas, como las
profundidades marinas me absorben; quiero nadar, volar,...
Es agradable, el tubo sobre mi vientre, aprisionado entre mis manos,
entre mis muslos, en posición fetal, se vuelve tibio, y
húmedo...
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